Coincidencias del universo e impotencia
on Tuesday, February 16, 2010 at 11:00pm
Hay ciertos instantes que por cosas del destino, casualidades o coincidencias del momento, la vida te brinda oportunidades de ser alguien mas que aquella persona que se levanta, come, trabaja y funciona rutinariamente. Son instantes tan pequeños que si no nos detenemos a contemplarlos, sucede que van y vienen desprevenidamente , fugazmente, como si nunca hubiesen existido.
O a veces, sucede que logras captar el momento, lo observas por un instante y te parece hermoso. Lo absorbes, lo aprecias, lo tomas de ese pedazo que embriaga a luz, lo aprietas entre tus manos para saborearlo y luego, lo dejas escapar.
La vida es así: momentos fugaces de un AHORA que se van deslizando pasajeramente en un proyecto eterno para formar un AYER.
Mi instante sucedió en una tarde de abril de 1994. Acaba de finalizar un conmovedor relato de una chica desahuciada por la leucemia. Al morir, la madre inicio en su honor una campaña para organizar un registro de banco de donadores de la medula ósea dedicada exclusivamente para descendientes latinos dentro de los Estados Unidos. En ese tiempo, dicho registro era nulo dentro del país; y ella tenia la certeza que si hubiese existido, las posibilidades de sobrevivencia de su hija hubiesen multiplicado.
Ese fue mi instante, mi momento. Lo atrape dentro de mis manos y lo observe. Quise ser allí y entonces como aquellos que pasan por esta vida dejando una pequeña huella, intentar aliviar un poco el dolor ajeno, o quizás simplemente prestar una esperanza. Y sin pensarlo mucho, agregué mi nombre al registro.
Pasaron los años , muchos de ellos, ya sin recordar aquella tarde de abril. Hace 72 horas, en un 12 de febrero de este 2010, como un reloj que ha llegado a su hora inicial, mi momento regreso al presente para aclararme la mente como una campana de la libertad. Mi hora había llegado, parecía increíble, imaginable, casi como un cuento de hadas. Mas, la voz oficial de la Cruz Roja era real como la luz del día. Mi sangre había resultado compatible con la de un paciente entre mas de un millon de personas. “Tu puedes salvar una vida” – dijo la mujer entusiasmada- Llámame a primera hora.
Mi mente trata de buscar los mejores calificativos para describir las emociones que he sentido en estos últimos días. Mas, son tantos y tantos que parecen estrellarse contra una neblina fogosa de pura emoción. Y al llegar las horas tempranas del lunes por la mañana, como un plan pre- calculado, cuidadosamente pero con temblorosas manos me acerque a ser esa llamada tan importante en mi vida. Primeramente fue el saludo inicial, seguido por palabras afectuosas de emoción, una doctora agradecida unificada con muchos otros intentando salvar una vida. “¿Sabes? –me dijo- “muchos de nuestros donadores pasan toda la vida y nunca se les llama. Tu sangre ha sido seleccionada entre cientos y cientos de miles de donadores.”
Me hizo una seria de preguntas acerca de mi salud, solo podrian escoger a alquien con perfecta salud. Pense que era yo, pero al final, no le pareció que era buena idea usarme para el proceso de donacion por un pequeño problema en mi espalda. Me quede casi muda sin responder. Solo me decía cándidamente: Si ya te duele un poco tu espalda, no queremos lastimarte, es un proceso doloroso. Con muy poca fuerza en el sonido de mi voz logre preguntar: "Pero, si no encuentran a nadie mas? y si se muere por mi culpa, por miedo a mas dolor? - Yo puedo soportarlo, por favor, acceptame! - Hubo un silencio que parecio durar mucho tiempo y
-Respondió despacio: "Lo siento mucho, Patty, no podemos hacerlo pero no te preocupes, no es tu culpa. Como medicos, es nuestra responsabilidad proteger la salud de los donantes como la del paciente."
Un gran manto de tristeza me envuelve ahora por completa. Y si el universo fue generoso para permitirme coincidir , como entonces, se explican las ironías impugnables, amargas e ineludibles de sistemática selección que te dejan envuelta en un torbellino de confusión. Es francamente un impuesto y largo cansancio de humilde dolor. Mi alma llora por un extraño con una posibilidad menos y la impotencia de no poder darle un poco de mi . Me siento agotada, quiziera dormir por muchos dias para no pensar mas.
Y ahora así, como fugaz estrella vino y paso mi momento dajandome sola para continuar viviendo y guardando conmigo misma la esperanza que alguien mas lo intente por mi.
Informacion acerca del banco de donacion de medula osea:
http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/tratamiento/medula-osea-trasplante
on Tuesday, February 16, 2010 at 11:00pm
Hay ciertos instantes que por cosas del destino, casualidades o coincidencias del momento, la vida te brinda oportunidades de ser alguien mas que aquella persona que se levanta, come, trabaja y funciona rutinariamente. Son instantes tan pequeños que si no nos detenemos a contemplarlos, sucede que van y vienen desprevenidamente , fugazmente, como si nunca hubiesen existido.
O a veces, sucede que logras captar el momento, lo observas por un instante y te parece hermoso. Lo absorbes, lo aprecias, lo tomas de ese pedazo que embriaga a luz, lo aprietas entre tus manos para saborearlo y luego, lo dejas escapar.
La vida es así: momentos fugaces de un AHORA que se van deslizando pasajeramente en un proyecto eterno para formar un AYER.
Mi instante sucedió en una tarde de abril de 1994. Acaba de finalizar un conmovedor relato de una chica desahuciada por la leucemia. Al morir, la madre inicio en su honor una campaña para organizar un registro de banco de donadores de la medula ósea dedicada exclusivamente para descendientes latinos dentro de los Estados Unidos. En ese tiempo, dicho registro era nulo dentro del país; y ella tenia la certeza que si hubiese existido, las posibilidades de sobrevivencia de su hija hubiesen multiplicado.
Ese fue mi instante, mi momento. Lo atrape dentro de mis manos y lo observe. Quise ser allí y entonces como aquellos que pasan por esta vida dejando una pequeña huella, intentar aliviar un poco el dolor ajeno, o quizás simplemente prestar una esperanza. Y sin pensarlo mucho, agregué mi nombre al registro.
Pasaron los años , muchos de ellos, ya sin recordar aquella tarde de abril. Hace 72 horas, en un 12 de febrero de este 2010, como un reloj que ha llegado a su hora inicial, mi momento regreso al presente para aclararme la mente como una campana de la libertad. Mi hora había llegado, parecía increíble, imaginable, casi como un cuento de hadas. Mas, la voz oficial de la Cruz Roja era real como la luz del día. Mi sangre había resultado compatible con la de un paciente entre mas de un millon de personas. “Tu puedes salvar una vida” – dijo la mujer entusiasmada- Llámame a primera hora.
Mi mente trata de buscar los mejores calificativos para describir las emociones que he sentido en estos últimos días. Mas, son tantos y tantos que parecen estrellarse contra una neblina fogosa de pura emoción. Y al llegar las horas tempranas del lunes por la mañana, como un plan pre- calculado, cuidadosamente pero con temblorosas manos me acerque a ser esa llamada tan importante en mi vida. Primeramente fue el saludo inicial, seguido por palabras afectuosas de emoción, una doctora agradecida unificada con muchos otros intentando salvar una vida. “¿Sabes? –me dijo- “muchos de nuestros donadores pasan toda la vida y nunca se les llama. Tu sangre ha sido seleccionada entre cientos y cientos de miles de donadores.”
Me hizo una seria de preguntas acerca de mi salud, solo podrian escoger a alquien con perfecta salud. Pense que era yo, pero al final, no le pareció que era buena idea usarme para el proceso de donacion por un pequeño problema en mi espalda. Me quede casi muda sin responder. Solo me decía cándidamente: Si ya te duele un poco tu espalda, no queremos lastimarte, es un proceso doloroso. Con muy poca fuerza en el sonido de mi voz logre preguntar: "Pero, si no encuentran a nadie mas? y si se muere por mi culpa, por miedo a mas dolor? - Yo puedo soportarlo, por favor, acceptame! - Hubo un silencio que parecio durar mucho tiempo y
-Respondió despacio: "Lo siento mucho, Patty, no podemos hacerlo pero no te preocupes, no es tu culpa. Como medicos, es nuestra responsabilidad proteger la salud de los donantes como la del paciente."
Un gran manto de tristeza me envuelve ahora por completa. Y si el universo fue generoso para permitirme coincidir , como entonces, se explican las ironías impugnables, amargas e ineludibles de sistemática selección que te dejan envuelta en un torbellino de confusión. Es francamente un impuesto y largo cansancio de humilde dolor. Mi alma llora por un extraño con una posibilidad menos y la impotencia de no poder darle un poco de mi . Me siento agotada, quiziera dormir por muchos dias para no pensar mas.
Y ahora así, como fugaz estrella vino y paso mi momento dajandome sola para continuar viviendo y guardando conmigo misma la esperanza que alguien mas lo intente por mi.
Informacion acerca del banco de donacion de medula osea:
http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/tratamiento/medula-osea-trasplante
 |
| Invierno 2009 por mi casa |
No comments:
Post a Comment